La historia de esta baldosa se remonta a la época
modernista, a principios del siglo XX, cuando en Barcelona se buscaba una
solución para resolver los problemas que causaba el barro del entonces joven
barrio del
Eixample. Cinco diseños diferentes
de baldosas fueron utilizados, pero por sus características, el más simbólico y
extendido en la actualidad es el
panot
de flor (su nombre en catalán), creado por el arquitecto Josep Puig i
Cadafalch.
La baldosa, de 20 centímetros de ancho y alto y 4
centímetros de grosor, está fabricada con cemento, arena y agua y se produce
con una prensa hidráulica. Su éxito reside en que es una pieza resistente,
antideslizante y fácil de limpiar; es de coste reducido y su diseño, simple y
bonito ha cautivado al gran público.
En Materiales Alegre, como expertos en
pavimentos en
Barcelona, hemos querido dedicar estas líneas de información para este símbolo
de la ciudad. Además nos ponemos a tu disposición para cualquier consulta o
presupuesto que necesites.